[...]Aunque tu estuvieras en Marte, y yo en Plutón, y solo nos pudieramos ver cada 53 años, siempre que la luna se alineara perfectamente con Venus, tu y yo seguiríamos siendo amigos. Lo tuyo y lo mio nunca ha sido una cuestión astronómica.[...]
Feliz edad de oro amigo mío. Te quiero en todas las conjugaciones del verbo.
M
(L)
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