Durante toda mi vida, me he enamorado varias veces, más de las que me hubiera gustado. Y aunque dicen que la experiencia es un grado, en mi caso, no he hecho otra cosa que des-aprender. Que aburrido sería todo, si aprendiéramos a querer a la gente de la misma manera todo el rato. Que poco emocionante. Y que previsible. 
Reconozco que hay veces que me encantaría haber aprendido la lección. No cometer los mismos errores. Ni enamorarme de la persona equivocada. Ni dejar que me tomen por imbécil. Ni que me utilicen como chica de compañia. Maldita utopía.

Pero es que resulta que no se puede ir por la vida escondiendose de los sentimientos, y mucho menos queriéndo preever el futuro. 

El amor es eso que pasa entre Borrarte de Tinder, y tomarte unas cervezas. Estamos tan anestesiados contra todo, que cuando llega ni te enteras, como cuando pierdes el metro porque estas whatsappeando. Encima, acostumbrada a tratar con capullos integrales, apenas te das cuenta de cuando alguien mola. Porque todos molan al principio. El miedo, va unido al amor tambien. Todos tenemos miedo. Miedo al fracaso. Pero es parte del juego. No existe el amor sin riesgo, ni miedo, ni incertidumbre. El amor es peligro.  El amor es una cuesta abajo sin frenos y los ojos cerrados. Pero cuando pasa, es lo puto más. 

Ojalá puediera enamorarme todos los dias de algo (o de alguien)

El amor es cosa de valientes.

(Dedicado a mi amiga L.)

xxx



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