Nada como comer un poco de mierda, para darte cuenta de lo que tienes entre las manos...o entre las piernas.

Esto es ficción. Todo ficción.

Recuerdo el día que te conocí. Recuerdo la cerveza. Los gintonics. Más cerveza. Tu, yo, el sofá. Recuerdo que me besaste. Mucho. Como hacia tiempo que no me besaba nadie. Me llevaste a la cama de la mano. No me resistí. Apenas dormimos. El día después. Ese feedback: "Me ha encantado conocerte". Te creí uno más de mi lista de conquistas. Pero después de esa noche lluviosa, hubieron muchas más noches, muchos más dias, y muchas más tardes. También largas ausencias. Tan largas como nuestras conversaciones, tan largas como nuestras sesiones de sexo.  El sexo, increíble, intenso. Como nunca, como siempre. Desplazasté a todos mis amantes a la cola del paro. Y a la velocidad casi de la luz, tan rápido como cuando subía desde tu portal a tu piso, sabiendo que me esperas para darlo todo y más, caí despojada de mi trono de hierro, de mi pose de mujer indestructible, de batgirl, de mi disfraz de tigre. Y aunque sabía que lo nuestro era más dificil que una coalición entre la izquierda y la derecha, más dificil que cualquier guerra, no me quedó más remedio que rendirme a lo que estaba sintiendo. Yo, que no me sublevo ante nada. Y mucho menos ante nadie. Bajé la guardia. Que cosas. Pero tu cuerpo era capaz de mucho, y tu mente capaz de todo.
Y un dia, con la impunidad que da la distancia, y la facilidad de unas copas de más, me dijiste algo, que me hizo caer casi más rápido y más fuerte que el crack del 29. La seguridad con la que afirmaste que en un futuro, que parecías vislumbrar y conocer perfectamente, ibas a entregar tu cuerpo no a la ciencia, sino a otras, hizo temblar todo lo anterior, y hubo en mi, un antes y un después. Porque si tu podias ver el futuro, porque no iba yo a hacer lo mismo? Porque no podía yo, querer acostarme con otros? Porque no podía decidir cómo, cuándo, dónde y con quién?

Una noche, embriagada de todos aquellos pensamientos, y rios y rios de ginebra, lo vi claro. Vi mi futuro. Un futuro donde no me importaba con quien compartías la cama, y donde yo la compartia con muchos otros, como meses atrás. Sin preocuparme nada más que por mi.
Recuerdo que me dejé llevar, por todo y por nada al mismo tiempo. No senti ansias. Ni emoción. Esa con la que subía tus escaleras. Ni ganas. Esas que tenia de verte cada vez que volvias de alguna parte.

Lo hice. Escogí al azar. Como si de un juego se tratara.

Cada empujón, era un recordatorio de lo imbécil que estaba siendo. No senti nada. Bueno, miento. Me sentí muy idiota. Y triste. Y sola. Fué un error. Un error, porque queria obligarme a hacer las cosas a tu manera. Queria poder acostarme con otros. Y te imaginé en mil camas diferentes para poder amortiguar el golpe que yo misma me había dado.
 
Pero no siempre puedes complacer a tu oponente. Y aunque sea difícil vivir la misma historia desde diferente perspectiva, hay veces que es la única manera de hacerlo. Al menos, hasta que uno de los dos se retire de la partida. No debí buscar una via alternativa para vivir lo tuyo y lo mio. Porque solo hay una. Aunque para los dos no sea la misma.



XXX

Comentarios

Entradas populares