Siempre contigo.

Casi son las cuatro. Lo he visto en aquel reloj que me regalaste hace años. Me gustaba ir a comer y quedarme hasta la tarde. Siempre me hacías macarrones con chorizo. Tu sabias que eran mis favoritos. Veíamos las telenovelas, aunque no hacia falta que estuviera al día porque me las subtitulabas de principio a fin, intercaladas con algún chiste malo que siempre te reía, para dar paso a mi momento favorito: Ibas al armario de tu habitación, y sacabas del segundo cajón todas las joyas, cada una con su historia. Yo me las sabía de memoria, pero me encantaba oirlas una y otra vez, mientras me probaba todas las alhajas. Y un día, sacaste de aquella caja ese reloj, que te había regalado el abuelito en tus tiempos mozos, cuando aun erais novios. 

Me enamoré de él al instante, tan pequeño, tan dorado, tan brillante...y tu debiste verlo en mis ojos, porque lo pusiste en mi muñeca mientras decías: "No vale mucho, pero le tengo un cariño especial". Y lo guardé como un tesoro. Hasta hoy. Y para siempre.

 
En brazos de mi abuela, Diciembre 1984.


No puedo evitar emocionarme mientras escribo esto. Justo a la derecha de mi ordenador, junto a algunas fotos de viajes, tengo una tuya, que colgué hace un par de años, de cuando eras joven, y te reías en las fotos, estas guapísima. Cuántas veces me habré sentado esperando dedicarte muchas palabras bonitas...y cuantas veces me habré levantado pensando: "No es el momento, aun no". Porque aunque siempre he sabido que el final, llegaría tarde o temprano, aunque una parte de mi se resistía a aceptar que ese momento se acercaba deprisa. Cuántos recuerdos han venido de golpe a mi cabeza.
A mis casi 31 años, te he disfrutado 23, y me siento muy afortunada. Supongo que ser tu nieta mayor tiene ese tipo de ventajas. La suma de momentos, la suma de recuerdos.

Recuerdo tu insistencia para que comiera tomate, me lo pelabas, me lo cortabas a trocitos, y no había manera...
Recuerdo que me llevabas al cuarto del final, y me hacías meter la mano en el carro de la compra, hasta alcanzar esa bolsa llena de pastelitos de chocolate.
Recuerdo las ganas que tenia de que llegara Fallas y poder comer tus buñuelos de calabaza.
Recuerdo esas noches que dormía en tu casa, y venias a darme un beso de buenas noches, a apagarme la luz, y taparme hasta parecer un gusiluz.
Recuerdo esas sesiones de probarse ropa. Me encantaba ponerme la ropa de las tías, mientras me contabas viejas historias de mi madre.
Recuerdo tus historias. Chelva. Tus padres. Las travesuras de tus hermanos.
Recuerdo esas regañinas que me echabas porque me dejaba la puntita del platano y me decías: "Tirar la comida esta muy feo, hay muchos niños en Africa pasando hambre"
Recuerdo el olor a lejía de tus manos, siempre limpiando: "No pongas esa cara!! La lejía huele a limpio"-decías.
Recuerdo todos aquellos refranes y canciones picantes que cantabas mientras nos reíamos.
Recuerdo esos pellizcos de monja que me pegabas en el culo...jajajajaja, me hacia mucha risa.
Y esas tardes llenas de fotos antiguas...
Recuerdo los veranos en Jávea. Los paseos. Tus vestidos. Aquellos pendientes de perlas que nunca te quitabas.
Recuerdo que me hice mayor...
La cara que pusiste cuando me hice mi primer piercing: "Con lo guapa que eres, y ese trasto en la boca...María!!"
Tu dedicación al abuelito, siempre. Hasta el final.
Aquellas tardes en el balcón, viendo pasar a las vecinas por la calle, mientras regabas todas aquellas bonitas plantas.

Mis abuelos, en el Monte del Remedio (Chelva), 1989.


Recuerdo cuando dejaste de acordarte de cosas, y yo te ayudaba. Entonces empezaste a olvidar, y todo cambió. Todo fué mas triste. A veces me quedaba a cuidarte por las noches, te acostaba y me quedaba hasta que te dormías, pensando en todo esto, que escribo ahora mismo.


Has sido y serás mi única abuela. La que más he querido, y quiero. Y es que hemos compartido mucho tiempo juntas. Cuantas veces en los últimos años te he cogido de la mano mientras nadie me veía y te decía al oído: Te quiero Abuelita, te quiero mucho. Y es que es verdad. Un trocito de mi se fué contigo, pero una gran parte de ti, estará conmigo siempre.



De tu nieta, que te recordará un ratito todos los dias. Te quiero abuelita.

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