Hace años, el ser madre no me suponía ningún dilema, es más, tenía claro que algún día lo sería. No sabía cuándo, si a los veintilargos, si a los treinta. Era algo que simplemente sabía. Quizá lo tenía tan claro, porque desde pequeñas nos educan para creer que nuestra función principal es, sin duda, tener un bebé. Y es que si lo pensamos, un 90% de los juguetes de nuestra infancia son eso, bebés. Cuántas veces hemos jugado con nuestras amigas a tener una barriga de mentira, cuántas veces hemos paseado un bebé de juguete. Cuántas veces hemos cocinado papillas, cambiado el pañal, dormido a nuestro Nenucco, a nuestro Baby Fever. Incontables.
Es imposible no querer ser madre si su educación ha sido ésta. Y no culpo a mis padres. Sería injusto.

A los hombres los educan para tener éxito, dinero, y mantener a una familia entera. A nosotras para cuidar de todo lo anterior. ¿Pero qué pasa si todo esto fracasa? ¿Y si no puedes cumplir las expectativas? ¿Y si no consigues lo que la sociedad quiere de tí? 

¿Y si, simplemente NO QUIERES?


Sólo responderé a la última: Serás JUZGADA. Lo serás por todo el mundo, aunque no les hayas preguntado. Lo serás porque eres mujer y no quieres tener hijos. Y aunque no tengas claro si realmente quieres vivir la experiencia de la maternidad, serás juzgada igualmente porque DEBERÍAS tenerlo claro. 

Los niños no me gustan. Es un hecho. Me dan pereza. Veo a niños continuamente y pienso: ¿De verdad quieres ésto? ¿En serio quiero tener que hacerme responsable de una persona eternamente? Tener un hijo es abandonar tu vida por una temporada. Dejar de trabajar, quizá temporalmente, pero quizá para siempre. Bueno, es como irse a la segunda guerra mundial. Así es como lo veo. Y es que mucha gente tiene un hijo porque sí, porque quieren dejar su pequeña huella en la humanidad. Porque simplemente no quieren morir solos. Muchas mujeres necesitan ser madres, lo necesitan porque las han educado así. No es ficción. Aunque suene duro.

"La mejor experiencia de mi vida", "No sabes lo que es querer a alguien hasta que tienes un hijo", "Amor incondicional", esto son cosas que he tenido que escuchar en infinidad de ocasiones. La mejor experiencia de mi vida ha sido renunciar a la idea preconcebida que tenía sobre mi futuro y sobre mi misma y abrazar lo desconocido. No sabes lo que es querer a alguien, hasta que te tienes que despedir de él en el aeropuerto, y sientes que te están arrancando una parte de tu cuerpo. Amor incondicional es luchar contra las siete horas de avión que nos han separado durante un año. 

No siento la necesidad de ser madre. Y no me siento culpable. tampoco lo descarto. Es algo que sé que esta ahí. Una opción. No me siento obligada. Ya no. No siento que me esté perdiendo nada. Tampoco siento que esté defraudando a nadie. Me siento valiente porque reconocer que la maternidad es algo impuesto, pero sobretodo, me siento LIBRE.

Comentarios

Entradas populares